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SELF DISSOLUTION

ENG// Self Dissolution (Istanbul, 2002) is part of a series of street performances called Desvanecimientos started in 2001 at the financial center in London about the idea of ego´s dissolution, losing myself in an improvised fainting fits choreography performance. Taking the female faints of the Victorian Age like a reference of a sort of mystic rebellion, this series of works is directly connected with the Ph.D. research in progress ‘Art as an Experience of the Dissolution of the Self ‘.

‘Art as an Experience of the Dissolution of the Self’ aims to investigate the diverse experiences of the dissolution of the self – both within and without the art context. In this research our main objective is to establish possible analogies and differences between certain art forms and the psychological processes of dissolution of the self present in other areas of human experience, such as the ones described by mystics in different traditions. The notion of the dissolution of the self has been approached by many different disciplines such as psychoanalysis, philosophy, the study of religions and mystical experience, amongst others, but I would like to approach this research from the perspective of live art to delve into the idea of art as a practice that can transcend the ego, returning art to its primordial function: enabling the experience of the sacred. Perhaps we need a change of consciousness and, in this sense, the techniques in emptying the self can be very valuable in allowing us to alter our way of perceiving the world and ourselves. The polarity between object and subject can be dissolved with various techniques with which the subject comes to transcend his / her own ego, fully experiencing the total oblivion of oneself: the self immersed in the original unit. Thus, this research tries to point out the similarities and differences between the expansion of the self as experienced in mystical states such as ecstasies and some other processes of dissolution of the self that arise in the context of art, especially in the art as an experience that lies in the margins of representation. Sometimes in performance art practice all the stored energies are released, thus facilitating the opening to new states of consciousness. Performance can play this role of deconditioning us of our habitual mental processes allowing both the artist and the audience to discard learned models of perception and giving way to a number of new phenomena that otherwise can hardly be grasped with the rational mind

 

 


ESP//  Self Dissolution (Estambul, 2002) formó parte de una serie de performances en la calle llamada Desvanecimientos que comenzó en 2001 en el centro financiero londinense. Estas performances consistían en una coreografía improvisada de desvanecimientos donde literalmente me desplomaba al suelo repetidas veces durante largos periodos de tiempo. Estos desvanecimientos eran vividos como una suerte de rebelión mística, de renuncia o deserción voluntaria del mundo y para los que tomé como referencia la sucesión de desmayos femeninos que tuvieron lugar en la época victoriana. Esta serie está íntimamente relacionada con la investigación doctoral el curso ‘El arte como experiencia de disolución del sujeto’.

‘El arte como experiencia de disolución del sujeto’ se propone investigar las diversas experiencias de disolución del yo, tanto en el arte como fuera del contexto artístico.  En esta investigación trataremos de señalar las analogías y diferencias existentes entre la dilatación del ser experimentada en los estados místicos – relacionados con los estados psicológicos regresivos – y algunos procesos de disolución del yo que surgen en el contexto artístico, especialmente en el arte entendido como experiencia que se sitúa, en la medida de lo posible, en los márgenes de la representación. Los objetivos principales al abordar esta investigación son: desarrollar la propia práctica artística en relación al tema y analizar críticamente la misma; realizar una evaluación completa de los vocabularios específicos desarrollados por las diferentes tradiciones místicas; llevar a cabo una revisión en profundidad de los artistas que han abordado la cuestión de la disolución del yo (como temática de su obra o como proceso existencial).  Por otra parte, consideramos de máxima importancia analizar el ámbito de la experiencia pura sin espectador o las acciones privadas que se producen en un ambiente no espectacular, como aquellas intervenciones realizadas en localizaciones remotas e inaccesibles en las que el sujeto se dirige al mundo en su totalidad y que muy posiblemente nunca lleguen a ser apreciadas por ningún otro observador.

La cuestión de la crisis del sujeto ha sido abordada desde diferentes disciplinas como el psicoanálisis, la filosofía, el estudio de las religiones y la experiencia mística, el arte y la poesía, entre otros. Conscientes de que las nuevas definiciones del yo son ahora definiciones abiertas y en permanente mutación, al abordar la cuestión del ser ya no podemos referirnos a la ficción de una entidad estable, siendo quizás más apropiado hablar de un ser en proceso. El interés por el tema “el arte como experiencia de disolución del sujeto” surge a partir de procesos internos, algunos gestados a una temprana edad, de la propia vivencia de la autora. Aunque también es cierto que el descubrimiento posterior de aquellas fuentes teóricas y artísticas a las que aquí nos referimos le ha permitido una mayor comprensión de esos fenómenos, antes tan solo intuidos. El trance de los giros infantiles, la anestesia de las operaciones quirúrgicas, los momentos de crisis histérica, los éxtasis producidos por el MDMA, la disolución del ser en el sonido, etc. fueron solo las primeras vías de acceso a lo que desde este estudio se denomina ‘nostalgia preedípica’, concepto que ha sido desde entonces central en el trabajo de Marta Moreno. Aquellas primeras experiencias de carácter fusional eran vividas como regresiones al estado original y preverbal del que todos procedemos, anterior al momento en que fuimos separados, cuando aún no teníamos conciencia de nosotros mismos, anterior incluso a la aceptación del nombre del padre, lo que nos constituyó como sujetos.

Si bien hay estudios que indagan las relaciones y diferencias existentes entre aquellas manifestaciones artísticas que operan sobre el cuerpo y otros ámbitos de la experiencia humana – como son algunas de las prácticas rituales ligadas al ascetismo- quizás todavía falte un estudio comparativo y transversal, si no definitivo sí de referencia, que verse sobre todas estas cuestiones desde la perspectiva de la performance y el arte de acción; profundizando en la idea del arte como una práctica capaz de transformar al sujeto y transcenderlo, análogo en su función original a aquellas actividades que conforman la experiencia de lo sagrado.

Quizás estemos necesitados de un cambio de conciencia y, en este sentido, las técnicas del vaciamiento del yo pueden ser muy valiosas, al permitirnos alterar nuestra manera de percibir el mundo y a nosotros mismos.  La polaridad entre objeto y sujeto puede ser disuelta con diversas técnicas de variada índole con las cuales, en algunas ocasiones, el sujeto llega a transcender su propio ego, sumergiéndose plenamente en la unidad original indiferenciada o en un total olvido de sí. Desde este estudio entendemos la práctica artística como un vehículo por medio del cual podemos transformar la vida y redefinir el concepto que tenemos sobre nosotros mismos , el mundo y los otros, estableciendo nuevos vínculos y nuevas relaciones con la naturaleza, el cosmos y la sociedad. Tanto la experiencia mística como ciertas prácticas artísticas – en particular aquellas que inciden en la experiencia –  tienen en ocasiones un valor terapéutico de renacimiento y pueden dar significado a la vida misma:  las dicotomías , polaridades y conflictos de la existencia pueden llegar a ser transcendidos.
El arte del performance puede desempeñar el papel de nosotros descondicionamiento de nuestros procesos mentales habituales que permite tanto
el artista y el público para descartar los modelos aprendidos de la percepción y dando paso a una serie de nuevos fenómenos que de otra manera difícilmente pueden ser captadas con el pensamiento conceptual racional. En el
la práctica de la performance a veces se liberan todas las energías almacenadas, lo que facilita la apertura a nuevos estados de conciencia y de la expansión del yo.